Meike Woller: “Sin educación no tienes la oportunidad de cambiar tu vida”

Desde agosto, la Oficina Regional de Sudamérica de la DVV International cuenta con una nueva directora. Ella es Meike Woller, tiene 40 años y estudió Ciencias Sociales en Alemania y trabajó siempre en el ámbito de la EPJA. Nació en Tréveris, la ciudad más vieja de Alemania, y ha vivido en diferentes lugares del mundo, como Italia, Inglaterra y Namibia. Está casada y tiene dos hijos. Ahora reside en Quito, junto a su familia.

Desde agosto, la Oficina Regional de Sudamérica de la DVV International cuenta con una nueva directora. Ella es Meike Woller, tiene 40 años y estudió Ciencias Sociales en Alemania y trabajó siempre en el ámbito de la EPJA. Nació en Tréveris, la ciudad más vieja de Alemania, y ha vivido en diferentes lugares del mundo, como Italia, Inglaterra y Namibia. Está casada y tiene dos hijos. Ahora reside en Quito, junto a su familia.

¿Cómo te ha tratado Ecuador?

Ecuador es un país muy lindo. Hasta ahora, conocí a mucha gente amable y abierta. Nos han ayudado mucho. Por ejemplo, cuando tuvimos problemas con nuestro carro. No he tenido mucho tiempo de viajar, pero ya estuve en algunos lugares como Misahuallí y Mindo. Me parece que es un país muy lindo y con mucha diversidad. Me encantan las montañas y los volcanes, desde mi infancia. Entonces para mí, Quito es un lugar maravilloso, cerca de todos los volcanes. Me alegro cada día cuando veo el Cotopaxi, desde mi casa. Me siento muy feliz de estar aquí.

 

¿Cómo te vinculaste en un inicio a la EPJA?

Eso ocurrió cuando empecé a trabajar para la DVV International. Primero como freelance, hice algunas lecciones digitales sobre trabajo con refugiados, con el fin de fortalecer las competencias interculturales de voluntarios. Entonces me enteré que la DVV es una organización muy interesante, porque combina los temas de educación para jóvenes y adultos y desarrollo internacional. Yo siempre trabajé en esos dos mundos y eso me encantó.

 

Al trabajar en la DVV, estuviste en diferentes países ¿Qué experiencia te pare más interesante? ¿En qué lugar estuviste más tiempo?

Cuando empecé a trabajar en la DVV me encargué de proyectos en Alemania en el ámbito de migración, pero también fue parte del trabajo viajar por algunos países; por ejemplo, Marruecos que es un país que recibe mucha migración por su posición geopolítica. Después me encargué de las regiones de Asia Central y el Medio Oriente, con viajes en esas regiones. Conocer culturas diferentes y también proyectos diferentes en el ámbito de EPJA fue muy interesante para mí. Antes de trabajar con la DVV, vivía en Namibia. Trabajaba por la GIZ con voluntarios y organizaciones de la sociedad civil del ámbito de la educación, deporte, economía y eso también fue una experiencia maravillosa.

En mi experiencia, en cada región del mundo hay muchas cosas que descubrir. Siempre hay retos en la EPJA, pero también muchas buenas prácticas de las que se puede aprender y replicar también en otras regiones.

 

¿Cómo ha sido tu experiencia con la educación? ¿Qué estudiaste? ¿Qué te gusta aprender?

Estudié Ciencias Sociales porque estos estudios ofrecían muchos temas diferentes como leyes, economía, ciencias de la comunicación, sociología y política. Una mezcla, de todo un poco. Siempre me gustó aprender algo nuevo, conocer algo nuevo y me encanta participar en nuevas capacitaciones. Para mí es como descubrir el mundo, enterarse de otras perspectivas y de esta manera desarrollar tu carácter y pensamiento.

 

¿Cómo miras la situación de la EPJA en Ecuador y en América Latina?

Antes de formar una opinión, siempre prefiero conocer mejor un país y sus estructuras. Hace falta tiempo para entender cómo van las cosas aquí en la región andina.

Una cosa que me parece interesante es que tenemos un fuerte enfoque a la educación básica y educación media aquí. Por lo general, en otras regiones el enfoque es más hacia la educación comunitaria, no formal y a apoyar este sector. Aquí se apoya más las estructuras formales porque hay muchas necesidades en la educación básica o de personas que desean cumplir con su bachillerato. Un hecho que me alegra mucho es que tenemos vínculos fuertes con ministerios, gobiernos locales, nuestras contrapartes y que existe una comunidad muy motivada y comprometida a fortalecer la EPJA.   

 

¿Crees que hay algunos retos en el ámbito de la EPJA en la región andina?

Eso es muy interesante para mí, porque compartimos los mismos retos con las otras regiones, como la falta de financiamiento en el sector, la poca visibilidad. Hay mucha gente que no conoce el término, o que no sabe que tiene el derecho al aprendizaje a lo largo de la vida. Y del lado público tampoco hay mucho conocimiento porque la EPJA es un sector muy disperso y complejo con muchas diferentes ofertas educativas y organizaciones.

En general, hay muchas necesidades y es posible crear oportunidades para que la gente pueda seguir aprendiendo y pueda seguir con sus sueños. Eso es algo muy importante, sin educación no tienes la oportunidad de cambiar tu vida. Aprender algo siempre significa que puedas crear otras oportunidades de mejorar tu vida, de ganar más, de descubrir otros lados de ti mismo, de transformarte como persona y de transformar tus entornos de vida y la comunidad en la que vives. Eso es algo muy básico que hace falta, que todos y todas puedan acceder a esas oportunidades –­sea en el sector formal, no formal o informal­– y también que los cursos sean adaptados a sus necesidades.

Y también es importante desarrollar la finalidad de la educación: educación para el desarrollo sostenible, para la igualdad de género. Educación para jóvenes y adultos es solamente una descripción del grupo destinatario, pero la pregunta es educación para qué. Y así, con esa pregunta, se puede ver que es importante buscar aliados que trabajan por las mismas metas.

 

¿Qué opinión tienes del enfoque de género en la EPJA? ¿Qué hace falta para implementarlo? ¿Crees que la DVV está dando pasos para transversalizar el enfoque de género?

Siempre es un tema. El género en los años anteriores era muy importante y sigue siéndolo ahora. Desde mi punto de vista hace falta ver más en detalle qué significa trabajar con enfoque de género. No alcanza solo con aumentar la tasa de participación de mujeres. Significa también plantearse la pregunta sobre qué piensan los hombres, de que trata su masculinidad. Tenemos que cambiar la perspectiva de los hombres también, además de fortalecer la perspectiva de las mujeres. Hace falta trabajar con ambos lados.

El enfoque de género no solo está presente en los contenidos, sino también en cómo se logra cambiar las ofertas educativas para que las mujeres sientan que tienen espacio. En general, en las capacitaciones parece que hay temas para mujeres y temas para hombres. Eso no puede ser. Cada uno es un ser humano individual, con ideas propias, temas que le interesan y no puede ser que todas las mujeres tengan un solo curso y los hombres otro curso.

Es una construcción social que las mujeres piensen que no tienen lugar en espacios tradicionalmente masculinos. Por ello vale trabajar con las mujeres, para que vean las diferentes opciones.

 

¿Qué piensas del enfoque de aprendizaje a lo largo y ancho de la vida? ¿Qué significa para ti?

Desde un punto de vista tradicional, la educación ya está lista después de dejar la escuela o el sistema formal. La idea entonces es que una persona no cambia más, ya aprendió todo y ahora vive. Pero esto no es así. Las personas pueden cambiar hasta su muerte y hay pruebas científicas de esto. Nosotros tenemos la capacidad de cambiar como somos toda la vida. Y si uno cambia, puede también cambiar su entorno. En los tiempos difíciles en los que vivimos con muchos retos ambientales, sociales, políticos, hace falta una transformación de las sociedades. Eso se logra a través de la educación de jóvenes y adultos porque ellos son los que toman decisiones en sus familias, comunidades, ciudades. Por ello, la educación juega un rol muy importante.

 

¿Tienes alguna expectativa del trabajo que vas a hacer aquí?

Me alegro siempre de conocer nuevas culturas, nuevos países. Y como es mi primera vez en la región andina, estoy muy emocionada de descubrir cómo es la vida aquí y de saber cuáles son los valores de la gente. También es una cosa muy linda estar aquí con la familia, con mis hijos; porque los niños siempre descubren un nuevo mundo sin prejuicios y eso me gusta mucho. También llevo conmigo ideas de otras regiones y me gustaría fortalecer el intercambio de la región andina con otros lugares del mundo en las que trabajamos como DVV International. Siempre se puede aprender algo nuevo de cada experiencia.

DVV International

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