Ecuador atraviesa una coyuntura política y social inquietante, mientras la población busca una solución a los altos índices de inseguridad, la pobreza estructural se asienta, cada vez más, en grupos vulnerables cómo niñas, niños, mujeres, adultos mayores, habitantes de la ruralidad, entre otros. Uno de los factores principales, es la falta de acceso a una educación digna y de calidad.
La situación de la educación en el país es precaria, marcada por: persistencia del analfabetismo, bajo nivel de escolaridad, tasas de repetición y deserción escolares elevadas, mala calidad de la educación y; deficiente infraestructura educativa y material didáctico.
En este contexto, Ecuador tiene una de las tasas más elevadas de analfabetismo de la Región Andina. Se estima que el 6,37 % de la población no sabe leer, escribir o realizar operaciones matemáticas básicas. En nuestro país 5,7 millones de personas –mayores de 15 años– tienen escolaridad inconclusa. (ENEMDU 2020).
La oferta de programas educativos que atienden a estos grupos vulnerables, ha sido golpeada por la falta de presupuesto, ausencia de políticas y reglamentos, la poca o nula capacitación a docentes especializados, entre otras condiciones, que dificultan el ejercicio efectivo del derecho a la educación principalmente para personas jóvenes y adultas (EPJA).
Mientras que, en 2013, al menos 124 190 estudiantes (Del derecho a la educación al aprendizaje a lo largo de la vida) fueron atendidos por el Servicio Educativo de Alfabetización, en 2020 apenas 5 113 estudiantes ejercieron su derecho a alfabetizarse. Sucede lo mismo con las cifras de analfabetismo funcional y analfabetismo digital.
Ya que la Educación para Personas Jóvenes y Adultas, es un tema de atención global; en junio de 2022, la UNESCO llevó a cabo la “Séptima Conferencia Internacional de Educación de Adultos” o “CONFINTEA VII” en Marruecos. Contando con la participación de más de 140 países, entre ellos el Ecuador.
Resultado de este evento es el “Marco de Acción de Marrakech” o “MAM”, dónde se establecen principios y áreas prioritarias de atención, así como recomendaciones para los estados miembro, para desarrollar y promover una educación transformadora para personas jóvenes y adultas.
Desde Proyecto Ecuador, velamos por una propuesta gubernamental que incluya una atención eficiente y eficaz a la EPJA, sabiendo que los esfuerzos que se realicen para revertir esta situación posibilitarán disponer de una población educada, que pueda enfrentar adecuadamente los retos que impone el actual proceso de apertura y globalización de la economía.
¡El movimiento por la educación se activa!