La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó en 1972 el Día Mundial del Medio Ambiente, coincidió con el inicio de la Conferencia de Estocolmo que como tema principal tenía precisamente el medio ambiente.
Este día nace con la finalidad de sensibilizar a la población mundial en el cuidado de nuestros ecosistemas, reforestación y respeto al medio ambiente, es necesario crear conciencia y motivar a las personas y sus comunidades para que concreten acciones de protección y se conviertan en agentes activos del desarrollo sostenible.
La aparición del Covid-19 ha sido un duro golpe para la humanidad y para el medio ambiente, debido a la pérdida de los ecosistemas y la reducción del hábitat de los animales han permitido desarrollar un escenario ideal para la proliferación y propagación de este virus.
Por ello, la educación es un pilar fundamental para promover la protección de nuestro entorno, ya que, durante demasiado tiempo el ser humano se ha beneficiado a través de la explotación y destrucción de los ecosistemas. Bosques, ríos, mares, arrecifes, etc., han sufrido las consecuencias desastrosas que contribuyen a la pérdida de los ecosistemas a nivel mundial.
La restauración de los ecosistemas es clave y se convierte en una misión global para revivir millones de hectáreas, prevenir, detener y revertir los daños. Solo con ecosistemas saludables podemos mejorar la calidad de vida de las personas y alargar la vida en el planeta.