En diciembre de 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó una resolución por la que se proclamaba el Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Este día nació de las actividades del movimiento sindical a principios del siglo XX y el 28 de febrero de 1909 en EEUU se celebró por primera vez el Día Nacional de la Mujer.
La educación en niñas y mujeres es la oportunidad para transformar sus vidas, reducir la mortalidad infantil, salir de la pobreza y favorecer el crecimiento económico. En los años 80 y 90 en América Latina, la expansión del sistema educativo formal benefició ampliamente a las mujeres y precisamente, uno de los cambios mas evidentes fue el acceso masivo a la educación.
A pesar de los varios esfuerzos realizados durante las últimas décadas para reducir la pobreza y la brecha educativa, aún existen grandes desigualdades, los estereotipos de género y prejuicios comprometen aún a la experiencia de aprendizaje y limitan el acceso al trabajo y a la educación.
Es importante garantizar el interés y la participación de las mujeres en los estudios para proporcionar una igualdad de oportunidades y así puedan acceder a una educación de calidad. Docentes, herramientas, materiales educativos y acceso a la tecnología son los elementos mas importantes para promover la participación de las mujeres en el ámbito educativo.
La Agenda Mundial 2030, en lo que respecta a la Educación reconoce que la igualdad de género requiere un enfoque que "garantice no sólo que las niñas y los niños, las mujeres y los hombres obtengan acceso a los distintos niveles de enseñanza y los cursen con éxito, sino que adquieran las mismas competencias en la educación y mediante ella".